Otro año más el autobús nos espera en la puerta del cole para salir rumbo a Navalperal de Pinares (Ávila), las maletas hechas, caras de alegría y nervios a flor de piel para poder disfrutar del fin de semana de nuestra esperada convivencia de centro.

Después de un viaje tranquilo, llegamos a nuestro destino, los monitores nos guían para acomodarnos en las habitaciones y elegir nuestras camas,¡ que guay!, dormimos en literas, cuando ya estábamos todos preparados bajamos al comedor para cenar todos juntos, un ratito de tiempo libre y comienza nuestra velada un furor muy animado donde cantamos, bailamos y nos divertimos mucho, pero no podíamos irnos a la cama sin antes ponernos en presencia de Dios, nuestra monitora Bea nos invita a través de un vídeo a ayudar a los demás porque ¡Vicencianos el mundo nos necesita! y después de ese momento de reflexión, interiorización y diálogo con nuestro Padre nos fuimos a descansar.

Amanece un día lluvioso, pero eso a nosotros no nos quita las ganas de seguir disfrutando de este sábado que tenemos por delante y hay que coger fuerza, de que mejor manera que con un buen desayuno, al acabar, todos juntos pasamos al lugar de oración, y Sor Hortensia nos dice que para seguir a Dios hay que florecer, y para ello tenemos que ser esas hojas, esas flores perennes y comprometernos para ello.

Ha llegado el momento de reunirnos para la catequesis, nuestros catequistas nos llevaron a un sitio de la casa donde era momento de compartir y reflexionar sobre lo que nos tenían preparado, algunos hablamos del domund, otros sobre los misioneros y los mayores hicieron una catequesis especial donde se mezclaron muchos sentimientos.

Cuando terminamos tuvimos un rato de tiempo libre, y pudimos salir al jardín, jugamos al fútbol, al pañuelo, al pilla-pilla, pero gastamos muchas energías y nuestros cocineros nos estaban esperando con una rica comida que nos sentó de maravilla.

Por la tarde jugamos al cranium un juego muy divertido en el que teníamos que realizar diferentes pruebas, y ganaba el que antes llegara a la meta, nos gustó mucho y nos lo pasamos super bien.

Después de estar todo el día disfrutando, subimos a la habitación para ducharnos fuimos muy rápidos y cuando terminamos todos llegó el momento de dar gracias al Jefe, por estos día tan especiales, Tere nuestra monitora nos invita a cada uno, a encender una vela, nuestras gracias por todo aquello que quisiéramos dar a Dios. Y después de una gran cena, nuestras caras de cansancio se iban notando pero todavía no queríamos irnos a la cama, así que empezamos una velada llamada Cluedo,  que consistía en encontrar al malo a través de búsqueda de objetos, como moló la noche, pero ya sí que si nuestros cuerpos ya no podían más y había que descansar para el día siguiente.

El fin de nuestra convivencia estaba llegando, después del desayuno cada grupo teníamos una tarea para dejar la casa recogida y cuando terminamos, llegamos a la Iglesia del pueblo para participar de la Eucaristía todos juntos.

Después de comer, el autobús nos esperaba para volver a Madrid, nuestros rostros estaban tristes, no queríamos volver, pero lo que sí puedo asegurar es que nuestros corazones llegaban llenos sentimientos, experiencias y amor, y estamos deseando que pase este curso para volver a Navalperal de Pinares.

                                                                                JMV Sagrado Corazón